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30 de Mayo 2004

La serenidad

A veces contemplo esta imagen. Me gusta esta talla de madera que tengo en el salón.
Yo la llamo la durmiente. Tiene esa sonrisa de Gioconda tan imperceptible. Me evoca la serenidad de alguien que está medio dormido medio despierto, y sonríe porque está a gusto o porque medio sueña que duerme.


durmiente4.jpg

Siempre quise llegar a un estado parecido de serenidad en la vida. Alcanzar un equilibrio.

Los sinsabores y los contratiempos nos llegan cada día, pero... atrás quedaron las soledades dramáticas de adolescente y los "nadie me comprende", "nadie me quiere" cuajaditos de lágrimas. Hacer de la vida un drama griego creo que ya no va conmigo.

Sí, ahora ya no estoy sola, tengo a una personita a mi lado que me quiere y me acompaña en el día a día... pero creo que si ella me faltara, no sé si volvería a tomarme la vida como un desierto de desolación. Con ella he aprendido a disfrutar de cosas simples en las que antes no reparaba. Y esas cosas siempre habían estado ahí.

A veces retumban en mi cabeza ecos de aquellas crisis existenciales. Pero quiero olvidar... Todo es mucho más sencillo. El mundo está lleno de cosas interesantes, aunque tengamos que lidiar con malos momentos y con estupideces. Como dice una amiga mía: "se llega a una edad que... gilipolleces, las menos y tonterías, ninguna", refiriéndose a que no malgasta su tiempo en ciertas cosas ni le da importancia a otras.

Siempre buscando la felicidad, y en esa búsqueda se nos escapa la felicidad. Porque, como decía Pessoa, siempre queremos ser otro y estar en otro lugar... así era la paradoja del pobre hombrecillo gris, pero qué razón tenía. Si nos desprendieramos de fatuidades, de eternidades, de trascendencias, de grandes búsquedas... tal vez comprenderíamos que lo importante es el equilibrio y que lo que buscamos está dentro. Y todo es mucho más sencillo.

(Hoy me he puesto filosófica. Y sin hipoglucemia).

Es una pena que las palabras sean tan imprecisas. Como dice mi amigo Antonio Ballesteros en su libro "Historia de la serenidad", citando a Borges: "trabajamos a tientas. El universo es fluído y cambiante; el lenguaje, rígido". Yo añadiría más, el lenguaje es impreciso, superficial, poco certero; pero es lo único que tenemos.

libroserenidad.jpg

Y a veces la búsqueda es simplemente de palabras para expresar lo que somos, lo que tenemos, lo que sentimos.

Yo, hoy por hoy, me siento serena, como la durmiente, pero despierta.

Escrito por Sui Generis a las 30 de Mayo 2004 a las 01:40 PM
Comentarios

Ju! Te echo de menos.... :_(

De este fin de semana no pasan esas cañas, eh?

Escrito por axam a las 2 de Junio 2004 a las 07:41 PM
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