No sé por qué.
Tengo el llanto en los ojos a cada momento. Sigo sobrecogida.
He vuelto a hacer el camino de ayer. Y la semana que viene, cada día, volveré a hacerlo. Y cada día que lo hago vuelvo a creer que es jueves.
Mientras vuelvo a casa imagino que, justo en ese momento, cientos de personas se levantaban y se iban a la estación a coger esos trenes. Hacían su rutina para ir al trabajo, para ir a estudiar, para ir a....
Me sobrecoge pensar en la simultaneidad de las historias, la mía y la de todos ellos, las historias cotidianas de todas las personas corrientes del mundo en ese preciso instante.
En estos días no me apetece hablar de nada cotidiano, de las pequeñas cosas que nos importaban antes. Como decía ayer Juan José Millás en el País:
"Todo se queda antiguo de repente: la contabilidad, la boda de Ricardo, el nacimiento de Luis o Cristina, el inventario, el debe y el haber, la previsión del tiempo, la discusión de la cena, el mensaje que te dejaron en el contestador. Ni siquiera hace falta que suspendas esa cita... una vez que se ha suspendido la existencia... Todos somos huérfanos de los muertos de ayer. Sus destinos rotos estaban trenzados a los nuestros. Hoy somos un tejido desgarrado, lleno de hebras sueltas, cuyos muñones quiebran las proporciones de la trama... De súbito, estos salvajes han dejado antigua la entrada para el cine, la reserva para la cena, los billetes de avión para Semana Santa..."
Hace unas horas ha fallecido la víctima número 200. Doscientas puñaladas en el corazón...
Yo sigo viviendo cada día ese jueves por la mañana. Antes y después de ese momento cotidiano de nuestras vidas.
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Ayer fui a la manifestación de Madrid. Conseguimos subir a uno de los autobuses que iban a rebosar. Por los cristales empañados conseguí ver, por las calles, bajo la lluvia, desde lejos de donde era la concentración, oleadas de personas que caminaban hacia allí porque no habían podido coger ni el bus ni el metro porque iban llenos de personas.
Era una gran marea de almas que se movían al unísono.
Llegamos hasta Atocha, hasta uno de los lugares en que quedó paralizado el tiempo el jueves. No pudimos andar más allá.
Toda la vida, todo el amor, toda la emoción, concentradas donde hace dos días se concentraba toda la muerte, todo el horror.
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No he sentido odio, ni rabia en todo este tiempo. Sólo tristeza, incredulidad, espanto... Sólo me he preguntado el por qué.
A la gente se le llena la boca de "España". Yo no siento orgullo de nada, sólo de ser buena persona. Para mí solo hay dos tipos de gente: la buena gente y la mala gente. Pero también, por un momento, quiero ir más allá, y me he preguntado: ¿somos inocentes? ¿Dónde está la razón de todo este odio? Porque sólo un odio enorme puede ser el origen de esta masacre. ¿Dónde nace el odio? ¿Qué puede llevar a alguien a sentir ese odio por sus semejantes?
Tal vez tú te molestes por esta pregunta, y te dirás "yo no he matado a nadie", pero ¿qué sutil historia se esconde debajo de la Historia? Dios me libre de justificar la razón de estas horribles acciones. Sólo busco un por qué.
No te confundas, son sólo preguntas. ¿Por qué suceden las cosas terribles que suceden?
Ayer en la radio un periodista preguntó a un importante deportista vasco que si no se sentiría aliviado si se supiera que no ha sido ETA. El deportista se sintió muy molesto, evidentemente, porque ni eso ni nada podía aliviarlo.
Mi llanto es por 200 almas en Madrid, 3000 en Nueva York, 10.000 en Irak... y los miles que fueron y serán en todo el mundo.
Busquemos justicia, pero no venganza. El odio solo alimenta el odio.
¿Dónde están el bien y el mal?
El jueves cientos de personas sacaron lo mejor de sí mismas para ayudar en medio del horror.
¿Por qué no sacamos cada día lo mejor de nosotros mismos para, simplemente, vivir en paz?
No sé por qué.
Un abrazo a toda la buena gente del mundo.
Escrito por Sui Generis a las 13 de Marzo 2004 a las 06:13 PMCreo que la ultima pregunta de tu post es la que todos debieramos responder o bien hacernosla...porque ese es el unico modo de vivir en paz.
Un abrazo
Escrito por jaz a las 14 de Marzo 2004 a las 05:13 PMAquel dia y hoy sentí rabia por lo que pasó. Impotencia de no poder hacer nada yno saber lo que estaba pasando.
TEngo un mar de lágrimas por dentro. Odio a la mala gente pero si las tuviera delante, no mataría, yo no soy así. No deseo la muerte a nadie.
Quiero mandaros un beso a las2.
Muy duros los días que estamos pasando. Ojalá todo vaya a mejor, cambien las ideas, los gobiernos, cambie la gente en su interior.
No hay más egoísmos ni guerras. Que nos demos cuenta de que tenemos un precioso regalo llamado vida y que lo estamos rompiendo a pedazos.
Un besito con cariño.
Escrito por jasp a las 16 de Marzo 2004 a las 07:43 PM